Inicié por ensayo y error, fue un proceso difícil del que tiene uno que salir porque debemos enfrentarnos a otro mundo diferente, quitar la mentalidad de ser alumno para convertirse en profesor.
Mis primeros días cuando yo impartía clase eran enormes, me parecían muy largos, el tiempo no transcurría, sentía temor de equivocarme, de pronunciar mal algo o no expresarme debidamente; todo era difícil, y de pilón estar enfrente de todos los alumnos y sentir sus miradas, de pronto pensaba que me estaban calificando. No encontraba otra forma de aprender a ser docente que el de recordar a mis maestros y tratar de tomar lo mejor que yo consideraba de ellos, desde estrategias para la disciplina, para evaluar, para formar equipos, dinámicas, bueno para todo. Creo que en ocasiones cuando a alguien le gusta enseñar, le nace la forma apropiada para impartir los conocimientos.
Debemos intentar cambiar un poco la forma tradicional de dar las clases y aplicar más dinámicas. Las clases serán más “divertidas” y el alumno aprende más de esta manera.
Hoy en día han cambiado los gustos, problemas e inquietudes de los jóvenes, es por eso que debemos adaptarnos al nuevo sistema de educación para saber como enseñar. Trato siempre de ver que tema les interesa a los muchachos de la comunidad y lo relaciono con algún tema de clase para que les resulte atractivo. También analizo un poco a mis compañeros docentes y veo que puedo hacer yo para mejorar mi estilo de enseñanza, además de compartir experiencias con ellos.
Algo que también nos puede ayudar es tener una relación más cercana con cada alumno.
El hecho de impartir clases no significa que nada más el alumno obtiene provecho, uno como docente obtiene más, aunque se le imparta el mismo tema a 3 grupos diferentes, de cada grupo se obtiene algo, todos se comportan de forma distinta, con algunos se pueden aplicar ciertas estrategias y con otros no. Aprendí como tratar a varías personas, como ayudarlos en determinado momento, etc. Es una satisfacción muy grande sentir que les ayudé positivamente en su formación.
Saludos...
Mis primeros días cuando yo impartía clase eran enormes, me parecían muy largos, el tiempo no transcurría, sentía temor de equivocarme, de pronunciar mal algo o no expresarme debidamente; todo era difícil, y de pilón estar enfrente de todos los alumnos y sentir sus miradas, de pronto pensaba que me estaban calificando. No encontraba otra forma de aprender a ser docente que el de recordar a mis maestros y tratar de tomar lo mejor que yo consideraba de ellos, desde estrategias para la disciplina, para evaluar, para formar equipos, dinámicas, bueno para todo. Creo que en ocasiones cuando a alguien le gusta enseñar, le nace la forma apropiada para impartir los conocimientos.
Debemos intentar cambiar un poco la forma tradicional de dar las clases y aplicar más dinámicas. Las clases serán más “divertidas” y el alumno aprende más de esta manera.
Hoy en día han cambiado los gustos, problemas e inquietudes de los jóvenes, es por eso que debemos adaptarnos al nuevo sistema de educación para saber como enseñar. Trato siempre de ver que tema les interesa a los muchachos de la comunidad y lo relaciono con algún tema de clase para que les resulte atractivo. También analizo un poco a mis compañeros docentes y veo que puedo hacer yo para mejorar mi estilo de enseñanza, además de compartir experiencias con ellos.
Algo que también nos puede ayudar es tener una relación más cercana con cada alumno.
El hecho de impartir clases no significa que nada más el alumno obtiene provecho, uno como docente obtiene más, aunque se le imparta el mismo tema a 3 grupos diferentes, de cada grupo se obtiene algo, todos se comportan de forma distinta, con algunos se pueden aplicar ciertas estrategias y con otros no. Aprendí como tratar a varías personas, como ayudarlos en determinado momento, etc. Es una satisfacción muy grande sentir que les ayudé positivamente en su formación.
Saludos...
Hola Belinda.
ResponderEliminarCoincidimos muchísimo en la manera en que llegamos a ser docentes y como nos hemos tenido que ir forjando. Estudiamos para ser profesionistas y no docentes, lo cual al inicio nos limitaba porque no teníamos ni idea de cómo desempeñarlos, pero el tiempo y nuestra dedicación nos han dado la pauta para salir adelante.